Saicomanía. La continuación del ritmo enfermedad
A propósito de la discusión sobre Saicomania, la reaparición de Los Saicos y su nuevo disco, reproducimos íntegramente la reseña del estreno documental de Héctor Chávez aparecida en el fanzine Resuena. Un breve comentario sobre el contenido del film, la sensación de ver reconocidos a tus ídolos y escucharlos juntos en vivo... 47 años después.
Para muchos ellos son los fundadores del punk en el mundo; para otros, simples sonidos salvajes que no quieren caer en anacronismos, pero para mi vieja simplemente fueron aquellos locos de las matinales. Los Saicos lo hicieron hace 47 años y hoy el grito sigue vigente:
Saicomanía, la continuación del ritmo enfermedad
Por: Víctor Vilcapuma Vinces
Después de casi dos años desde que salió el primer tráiler que inició en rumores del trama que tendría (se dijo de todo, por ejemplo que Iggy Pop escuchaba a Los Saicos, que habían conseguido filmación de los 60, etc), por fin «la película de Los Saicos» se estrenó. Un producto final que deja con la miel en los labios debido a que las expectativas fueron grandes y los resultados no los suficientes para hablar de una obra maestra. Eso sí, el trabajo de Héctor Chávez, director del filme, ha entrado al imaginario popular por la puerta (o pantalla) grande: Saicomanía se convierte así en un hito en el rock local y, por su puesto, no hace más que diseminar aun más ese ritmo enfermedad llamado Los Saicos. Tampoco le podemos reprochar mucho al filme, la falta de material visual de archivo (¡ni los canales de televisión tenían los archivos de sus programas!) fue un lastre que supo capear con una elegancia que, estoy seguro, complació a los miembros de la banda; sin embargo, la falta de fuentes hicieron de la calidad del producto algo discutible si lo que se buscaba era comprobar cómo Los Saicos hicieron historia. En otras palabras, si una persona que no conoce la banda ve el documental dudaría de su veracidad, convirtiendo a este producto en “only for fans”. Y esta proyección fue un placer para los fans, no lo vamos a negar.
Lo bueno
Harta nostalgia, harta anécdota. Con un intro FENOMENAL ––que dio paso a la historia de Ana, la empleada de la familia Guevara–– como hilo conductor del relato, la primera parte por momentos se hizo tediosa hasta pasar a la presentación de Saico por Saico, intercalada con el boom mundial de su música (Don Letts rules). Basta ver fotos como las del Camión Saico, los recortes de periódico y un Pancho Guevara contando sus escapadas con fans.
El pico quizá fue el espacio dedicado a Rolando Carpio, pues el que no tuvo sentimientos encontrados al ver su relato, simplemente no vio la película. Es indescriptible ver a un Erwin Flores diciéndole (cortándolo prepotentemente) a Papi Castrillón «¿Tú sabes cuál es la gran cagada? Que el chino se haya muerto, ¡Chino hijo de puta! Cómo se te ocurre morir» (además, con esta escena comprobamos las diferencias entre Flores y Castrillón, la lucha de personalidad y la pasión del primero a la hora de recordar una época que nunca volverá) o a Rolando Carpio hijo diciendo a su papá: «Te equivocaste, lo que hiciste si valió».
Lo malo
Ahora el problema que comenté fueron las fuentes. No basta que hable Iggy Pop (sí habla, pero por 30 segundos), The Trashmen, The Sonics, Don Letts o una de las innumerables bandas que sienten a Los Saicos como influencia (¡saludos a los Black Lips, buena onda con ellos!), sino las personas que vivieron la época o en todo caso las que descubrieron y expandieron su música. Así, resulta inverosímil que una persona como Diego García (del fanzine Sótano Beat) [1] que fue el que investigó y prácticamente rescató la trayectoria de la banda (articulación histórica que hoy todos se basan) solo tenga medio minuto de intervención. También es discutible la omisión de las bandas peruanas que rescataron sus temas cuando NADIE los recordaba (caso Leusemia, Eutanasia, Voz propia) [2]
No ha muerto el gato mayor
Cuando termina el documental la gente se levanta. Los Saicos han regresado y estarán por 10 horas en una sala de grabación para registrar nuevos y viejos temas [3]. Ellos han regresado. Y cómo expresar la emoción dada por el trabajo de Héctor Chávez, cómo expresar en estas letras la emoción de los integrantes de la banda, su subida, la tocada. Explosiones neosubterráneas sobre el teatro Julieta y ‘pogo’ sin que importe el orden ni los pedidos a la calma. Saicomanía es un documento que sirve como ejemplo para recuperar lo nuestro. Los Saicos son un ejemplo de que en música Perú es capaz de hacer cosas increíbles y que esa muletilla absurda de “lo de afuera es siempre mejor” es una reverenda cagada. Los Saicos lo lograron. Nosotros tenemos la posta hoy.
El ritmo enfermedad comienza de nuevo.
[1] O Willi Jimenez, autor a mediados de los noventa de la primera investigación sobre lo el rock sesentas peruano en la revista Esquina.
[2] Daniel F es en los ochenta gran admirador de Los Saicos considerándolos “una de las pocas cosas buenas que ha salido acá” [Entrevista a Daniel F por Daniel La Rosa. 1987]. Demolición fue tocada por ellos y Eutanasía (“¡echemos abajo tu cultura y tu ley!”) en esa década. En los noventa el disco Moxón contendría el cover de “Camisa de Fuerza”. Afines de milenio, Voz Propia tendría su propia versión de Demolición en su disco compilado. Cabe recordar que para ese momento “el boom” Saicos no había estallado pues el vinilo editado en España no había salido a la venta.
[3] Se ha confirmado que esta grabación fue durante su visita a México en Julio pasado y contendrá temas nos registrados en su época como nuevos.